El bacará permanece inmerecidamente a la sombra de los principales juegos de cartas en los casinos. El bacará se llama el juego de los aristócratas. Introducido por primera vez en Italia a finales del siglo XV, el juego se extendió rápidamente por toda Europa. No adquirió su forma definitiva hasta principios del siglo XX, cuando varios casinos comenzaron a utilizarla. Otro aficionado al bacará es el agente 007, cuyo héroe Daniel Craig en Casino Royale participó en el juego.
El bacará tiene unas reglas bien establecidas, que son sencillas de recordar.
El crupier baraja los dos mazos antes de que comience el juego. Puede dar la vuelta a las cartas durante la partida, pero sólo si indica a los jugadores que lo hagan. Esto dificulta el recuento de las cartas y obliga a algunos jugadores a abandonar el juego.
Los jugadores se sientan al azar frente a la mesa.
El número de jugadores está limitado únicamente por el tamaño de la mesa. Después de cualquier movimiento, un jugador puede abandonar la mesa y volver a ella en cualquier momento.
Uno de los jugadores de bacará retira la baraja a petición del croupier.
Cada jugador recibe dos cartas antes de comenzar el juego. El distribuidor los coloca de izquierda a derecha.
Antes de comenzar el cono, el jugador debe poner en la mesa la cantidad de dinero que quiere apostar.
No hay definición de rey, as, sota y reina en el juego. Cada carta denota un determinado número de puntos.
Si el jugador gana, la apuesta se duplica.
Las mejores combinaciones son los números 9, 19 y 29.
6, 16 y 26 tienen muchas menos posibilidades de ganar.
El distribuidor tiene una ventaja absoluta en el juego. En caso de empate, gana la banca.
Si el croupier consigue 9 o 19 puntos, abre las cartas y se lleva las ganancias.
Los números 8 o 18 del croupier le aseguran perder sólo si alguien en la mesa tiene 9 o 19.
Sólo se asegura un buy-in si no hay nadie en la mesa con un 8 o un 9.
No se compra más de una carta, y se hace estrictamente de derecha a izquierda.
El concesionario es el último en comprar.
El orden de pago en el juego es el siguiente: Si un jugador de la mesa tiene 8, el otro tiene 3 y la banca tiene 5, la banca paga al primer jugador, pero se lleva la apuesta del segundo. Si ambos jugadores consiguen más puntos que el repartidor, las ganancias se pagan a ambos jugadores. La pérdida sólo se cuenta si el repartidor tiene la mejor carta en la mesa.